Habíamos pactado un miércoles, lo llamé para confirmar la entrevista y un “un Migue se me olvidó, veámonos el viernes” fue la respuesta de Roger Rodríguez, joven ingeniero y destacado triatleta nacional.
Es viernes al final de la tarde en San José, en un pequeño café frente al cine Magaly espero, me inquieto algo pues ya han pasado par de minutos después de la hora, por whatsapp “Hola Roger, estamos para hoy?”. Casi de inmediato un mensaje de voz como respuesta. “Si claro ya llego, voy corriendo”.
Así fue, literalmente corriendo llego a Viva Café en barrio La California. Delgado, moreno, pelo corto estilo militar, camisa blanca tipo “dryfit”, short negro y sandalias sin medias estilo “tarahumara”, cara de niño adolescente, amplia sonrisa, en su mano derecha lleva el teléfono, las llaves de su carro y una diminuta billetera. “Me vine corriendo, dejé el carro un poco lejos”.
En ese momento fue inevitable recordar como meses antes casi la misma estampa solamente que algo más alto se sentaba junto a mi en un café en Girona, España, José Pablo Rodríguez, el hermano mayor de Roger, quién vive allá y tiene su propia empresa de correr por las montañas de la Costa Brava.
Los hermanos Rodríguez coinciden en algo, han sido unas máquinas en el triatlón nacional, son brillantes intelectualmente hablando y por si fuera poco su sencillez encanta a muchos.
A cualquiera de entrada les puede parecer distraído, disperso pero quienes lo conocemos de años sabemos que es todo lo contrario, esta pensando en muchas cosas y poniéndole atención a lo que realmente le interesa.
Roger Rodríguez es tres veces campeón nacional, dos veces sub-campeón nacional y una vez sub-campeón centroamericano y medalla de oro por equipos centroamericano. Además como muchos saben cursó dos ingenierías en la Universidad de Costa Rica simultáneamente mientras entrenaba como triatleta élite.
“Mis padres nos dieron una oportunidad muy linda a todos, nos dijeron que escogiéramos un país para ir aprender su idioma y su cultura por un año. Yo tenía 17 años y decidí ir a China. Ahí aprendí mandarín, aprendí lo mucho que trabajan allá y sobre todo lo disciplinados que son para el estudio, allá para ser buen estudiante hay que estudiar algo demasiado exagerado. Aprendí solo, siendo nadie allá a resolver problemas, a que no teniendo dinero podía vivir muy feliz, aprendí sobre la pasión de trabajar, hacer lo que uno quiere”.
En las concentraciones de selección nacional, viajes y demás sus compañeros de equipo veían incrédulos como Roger moría de risa al ver la novela “Betty la Fea” en chino. Roger ha sido autodidacta también con el inglés.
Al regresar de China decidió en el 2007 hacer triatlón pues su hermana mayor Verónica lo practicaba. “Empecé en el equipo de San José, de niño nadé mucho así que vi que destacaba alguito en esa parte, me fui motivando poco a poco , Pablo Hernández y Carolina Mora fueron mis primeros entrenadores, luego Neto Espinoza me invitó a entrenar con Roberto Solano y ahí empezó mi etapa más competitiva. Fuí mejorando técnicamente cada disciplina, estaba decidido a hacerlo lo mejor posible”.
El triatleta olímpico Leonardo Chacón, compañero de selección y equipo no tuvo reparo para hablar de Roger. “En su silencio y a veces timidez esconde el genio que es, no es de decirle a nadie sus éxitos deportivos, académicos o profesionales, ha sido ejemplo para mi.
Su sencillez y forma de ver la vida se aleja de cualquier forma convencional que la sociedad actualmente nos dicta para ser felices. Roger ha sido honesto de principio a fin con el deporte , con nosotros y con sigo mismo”.
Algunos quizás no saben o recuerdan , además de sus podiums Roger ha hecho cosas que nadie intentó antes como por ejemplo haber competido en sandalias tarahumaras en el triatlón de Puntarenas y haber sido segundo. “Siempre quise intentarlo, es día se me olvidaron los tenis así que encontré el momento perfecto. Iba corriendo rápido atrás de Rom, se me mojaron las sandalias y me resbalaba, pero la pasé espectacular, hice triatlón a como entrenaba muchas sesiones por la semana, con sandalias”.
Por si fuera poco Roger desafió la lógica, la moda y hasta el poder económico en el triatlón. En otra versión del triatlón de Puntarenas compitió con una bicicleta “China” cuyo marco pesaba bastante, costó menos de C50.000 hace dos años. “Ese día recuerdo que sufrí mucho pero quería mostrar que el triatlón no es necesario tener lo mejor sino dar el máximo esfuerzo”. Roger ganó ese día a triatletas que manejaron bicicletas 10 veces más caras.
En una edición en el 2012 antes de llegar a Tabacón la calle estaba mojada y resbalosa, la moto automática no podía seguirle el paso a Akerson ni a Rodríguez en la bajada, de pronto vemos a Roger de pie mirando hacia la montaña, lo primero que te preguntas es, que diablos pasó?. Se había caído y su bicicleta había rebotado en el suelo con tal fuerza que estaba casi a tres metros de altura en los matorrales. “Hey Roger estas bien , te quebraste algo?”. Si , si, estoy bien, ayúdame a bajar la bici de ahí. Cual fuera una moto ahogada por gasolina, la bajamos y Roger la prendió para irse a ritmo aún más suicida rumbo a la transición, ese día no ganó pero aprendió a ir más atento a la calle.
Sus distracciones fueron motivaciones, Roger antes de cada competencia iba en carro o en bicicleta y memorizaba huecos, zanjas, muertos y demás pues a golpes y pinchazos perdió varias competencias importantes que hubiese ganado cómodamente.
Sus triatlones favoritos han sido Arenal , Condovac y Golfito. “ Me encanta la montaña, me sentía cómodo en Arenal”.
El triatlón que recuerda con más tristeza fue en Oklahoma , Estados Unidos. “Estaba haciendo una muy buena competencia y no vi una zanja, me fui en ella y quebré mi clavícula, nunca supe cual dolor era más grande, si abandonar la competencia o mis huesos quebrados”.
El triatlón que más felicidad me dio fue el de Juegos Centroamericanos “ Hice una escapada en el ciclismo, nadie me siguió, apenas hubo cuesta vino de atrás Leo como un tren en modo bestia, nos alejamos de todos. Llegando a Condovac sabía que debía dejar la rueda de Leo pues sino no podría correr, me quedé para reservar energías, corrí dos vueltas solo pero Gerardo Vergara de Guatemala me recortó al punto de que me alcanzó. Aguante su ataque y en la última vuelta saqué fuerzas de donde no tenía, estaba en casa ante mi afición y la familia, ha sido el momento más emotivo como triatleta para mi”.
Es difícil para Roger decir cual deporte le gusta más pues en los tres es bueno, pero sus grandes pasiones son el ciclismo y correr. “Me gusta subir y subir en la bici, corriendo me siento muy libre , me fascina”.
¿Cómo hiciste para entrenar y estudiar?. “Trasnoché mucho estudiando, no sé, quizás era bueno haciendo exámenes, me encantaba enfrentarme a preguntas e ir resolviéndolas con poca información hasta hacerlo bien”.
“Cuanto terminé la U e inicié a trabajar, dejé el carro en casa para ir al trabajo en bicicleta, hacer mandados en bicicleta ir a marcar donde mi novia en bici”. La bici que usa Roger es una bici portátil, replegable, de las que caben casi en una valija de mano y se usan mucho en Europa y Estados Unidos. “Uh, ahorre un montón de plata, no contaminé y hasta entrenaba así, recuerdo varias veces que ciclistas uniformados se picaban conmigo subiendo a casa, yo los dejaba pasar y me les iba a rueda, luego los pasaba, me daba risa ver para atrás y verles la cara de incrédulos”.
En un recuento luego de su retiro del triatlón Roger enumera los países donde lo llevó el triatlón. “Estuve en Perú, República Dominicana, Estados Unidos, México, Panamá, Brasil, Colombia, Ecuador, todos muy lindos, aprendí mucho de ellos”. Inmediatamente le pregunto, entonces Roger, qué te dejó el triatlón en tu vida?
“Pasé de ser alguien tímido e introvertido a alguien muy seguro, ahora se que puedo lograr cualquier cosa que me proponga, claro esta trabajando muy duro para ello, yo bromeo con mi esposa Ángela, le digo que ahora me convertí en un ninja que todo lo puede hacer”.
Su mejor amiga, novia, esposa y futura madre de sus hijos: Ángela. Solo hablar de ella le ilumina la cara, le dibuja sonrisas, lo convierte de tal manera que hasta su tono de voz cambia por uno paternal y cariñoso. “ Mi vida esta llena de felicidad, me casé y vamos a ser papás, eso me motiva a realizar cualquier cosa por ellos dos, mi esposa y Daniel que esta por nacer. Disfruto de cosas muy sencillez que me llenan mucho con Ángela, desde ir a la feria a comprar frutas y verduras, contemplar nuestra naturaleza hasta ir a las marchas por causas justas que necesita este país”.
Ella ha sido la mejor amiga de mi hermana menor, Natalia, siempre iba a mi casa, me gustaba pero nunca se lo dije, fue años después que pude hacerlo, nos conocemos de años y es una relación muy bella.
Con detalles propios de ingeniero me comenta acerca de que construyó su hogar usando dos contendores de tráiler, siempre feliz de lo funcional y práctico, también que esta estrenando trabajo en una importante empresa de generación eléctrica llamada Emerson. “La llegada de mi hijo y nuestra boda motivo a muchos cambios positivos, estoy sumamente motivado”.
Repetí en el café lo mismo pero a la inversa de lo que hice desde Girona. ¿Roger, quién es Pablo Rodríguez?. Hay silencio acompañado de un suspiro, su mirada se fija en un punto en la mesa, traga despacio pensando su respuesta. “Es mi hermano mayor, lo admiro mucho, lo quiero, lo extraño, me hace muy feliz verlo siempre que puedo”. Si los ven juntos o separados no es difícil adivinar que tienen una conexión especial.
Pablo desde Girona también tomó su tiempo para hablar de Roger y su paso por el triatlón tico. “Roger ha sido siempre una sorpresa, no parecen que existan para el obstáculos insuperables, gano las elecciones escolares, vivió a los 17 años solo en China, estudió dos ingenierías en la UCR mientras entrenaba 20 horas semanas triatlón, tenía tiempo para su novia, simplemente es sorprendente. Recuerdo bien verlo competir en su primer triatlón, me emocioné mucho, luego desde aquí en Girona viví sus éxitos a la distancia vía Facebook, skype, me hubiese gustado haberlo visto en persona”.
A un ingeniero con mucha sensibilidad social como Roger, hay que preguntarle acerca de los problemas que aquejan Costa Rica. “ Los ticos a veces prefieren quejarse o reírse de los problemas en lugar de enfrentarlos y resolverlos. Creo que no debemos ser pesimistas, hay muchas noticias positivas y los medios no les gusta compartirlas, el problema en Costa Rica somos cada uno de nosotros y la diferencia es la actitud que asumamos para ser mejores y sacar adelante a este país”.
A los futuros triatletas les digo que lo disfruten al máximo, solo así la pasaran bien, deben sufrir mucho y saber que eso es temporal pues no hay mayor satisfacción que ver los frutos del esfuerzo a nivel deportivo y académico, eso sí es mejor quedar de último que ganar con trampa, es un asunto de valores.
En su futuro cercano a parte de ser papá Roger planea dedicarse a su trabajo como ingeniero de soporte en Emerson y competir en Trail Run o carreras de montaña. ”Me encanta subir, me encanta bajar, seguiré en el deporte compitiendo y disfrutando hasta donde pueda, mi meta es seguir siendo feliz, haciendo las cosas bien”.