Las excusas y rendirse no están en su vocabulario.
“Ya hace 6 días de este gran evento, de este gran reto, de esta locura!
Ese sábado 10 de octubre Me levanté a las 3 am, desayuné y nos dirigimos a la zona de marca. Un gran número #247…
Posteriormente fui a inflar la bicicleta, pues el viernes que la fui a dejar me estallé y tuve que buscar un ciclo… gajes de oficio. Pero lo tomé como una señal de buena suerte… y me dije, “ya pinché”, ya me tocó, solo esta vez será!
Con una canción en idioma Hawiiano que eriza la piel, sonó el cañonazo a las 6:55 am. Tomé el lado izquierdo en el agua y dejé pasar un grupo de gente, pues literalmente esto es un cardumen, sales golpeado y les cuento que no veo del ojo izquierdo por una catarata que Dios mediante me operan ahora en noviembre, así que con el corazón a mil, mantuve mi ritmo… 3,8 kilómetros después salí del agua.
Tomé la bici y aquí empezó la parte más dura… fueron 180 kilómetros de viento y sol, muchas cuestas y con rocas volcánicas en ambos lados que hacen aún más caliente el ambiente, di todo lo que tenía, sabiendo que a las 5:40 pmhora de Hawaii tenía que regresar. De camino vi a varios atletas “estallados”, otros retirándose, ambulancias recogiendo gente, en mi mente solo me decía, Milton, ahí usted no se sube, de aquí no se baja… fueron 8 horas 49 minutos de pedaleo constante.
Cuando dejé la bici, entrando a la zona de cambio, vi a muchos con paños fríos en la cabeza, el sol había pasado una factura… al igual que ellos me tomé unos minutos para bajar la temperatura corporal, literalmente hervía… sabiendo que me faltaba una maratón, me alisté y salí a correr.
Iniciando la ruta ya sin mucha fuerza en las piernas, me topo a mis hijas, una a la izquierda y otra a la derecha, gritando, cada una con una bandera, agarré fuerza y empecé los 42 kilómetros… nada fácil pues te recibe una cuesta
lato.
de 700 metros, ahí vuelves a acordarte que esto es KONA, que su fama es real… recordaba la carrera de Boulder, Colorado, donde mi hijo me decía, papi va de tercero en su categoría, póngale, la gente se está retirando, puede llevarse una sorpresa…. Tenía razón… no han pasado ni 2 meses y ya estoy haciendo otra maratón? Otro Ironman? me preguntaba en mis adentros? Como educar físico, sé que esto no es sano, pero me dije, Boulder me clasificó aquí, Boulder será siempre mi pase a Kona, no importa cuando fue, así se dio y así lo asumo, así lo aprecio y aquí lo daré todo de nuevo.
A las 3 horas de correr, la gripe me pasó la factura, una toz incómoda y un debilitamiento se apoderaron de mi, no entendí muy bien el inglés y cuando pensé y entendí a un juez que faltaban 10 millas, faltaban en realidad 16 millas, lo cual me impidió manejar bien el tiempo, calculando 10 cuando debí medirme para 16…
Faltando 9 millas una señora me comentó lo que faltaba en realidad, vi el reloj y pensé, ya no llego, no llego a tiempo y empecé a correr esas últimas 9 millas con todo lo que tenía, la calle era oscura, ya era de noche, quedábamos los últimos y mi ojo me cobró la oscuridad, pero en mi mente solo decía, aunque sea a puro olfato y oído esto yo lo termino, a eso vine. Esa misma señora que me indicó lo que faltaba, me alumbró la calle… faltando casi 4 millas, estaban mi hijas y apresuré el paso, corrimos los 3, me iban hablando, motivando, jalando, aplaudiendo, escuchábamos la meta, faltaba ya un kilómetro y medio y quedaban 5 minutos para el cierre de media noche…
Corrí con todo lo que podía, con fuerza, con amor al deporte, la gente a los lados gritaba que si se podía, que lo iba a lograr, mis hijas me dieron la bandera, y entré solo al paso de la meta, rodeado de gente que gritaba, escuchaba el conteo, y aunque la crucé a las 12:03, cantaron mi nombre, “MILTON SABAT, first time in KONA, 66 years, from Costa Rica!…” LO LOGRÉ, llegué, crucé… 17:03 horas de esfuerzo continuo…
Quiero aprovechar este espacio para darle las gracias a todos los que han estado pendientes, por su cariño, sus palabras, apoyo, por madrugar desde Costa Rica y dormirse a las 4am para verme llegar, ese cariño lo motiva a uno, le da fuerzas. A Macho y John, los ticos Ironman con los que compartí esta aventura, mi admiración, esto no es jugando muchachos, los felicito por su gran valentía y desempeño.
A mis hijos, gracias por su cariño, su amistad, su apoyo, como lo dije antes, esto era mi meta, mi sueño, pero ustedes son mi mayor tesoro, mi orgullo y mi motor de vida!
Gracias a la vida por la oportunidad de vivir Kona, de clasificar, de participar, de terminar! Mi meta es volver, si DIOS me da vida y fuerza, a los 70 años haré lo posible por clasificar y darle revancha a ese reloj!
Saludos, bendiciones y a seguir entrenando! “